¿Es diferente el cerebro de una persona «de ciencias» del de uno «de letras»?

https://es-us.noticias.yahoo.com/blogs/ciencia-curiosa/%C2%BFes-diferente-el-cerebro-de-una-persona–de-ciencias–del-de-uno–de-letras–193132301.html

La actividad física aeróbica ayuda a los chicos a aprender y recordar mejor

https://es-us.noticias.yahoo.com/actividad-f%C3%ADsica-aer%C3%B3bica-ayuda-chicos-aprender-recordar-100120915.html

Modelo de understanding by design (Comprensión a través del Diseño – Diseñando la clase de atrás hacia adelante, al revés)

http://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&cad=rja&uact=8&ved=0CDEQFjAC&url=http%3A%2F%2Fvarelaperezm.files.wordpress.com%2F2014%2F03%2Fmodelo-de-understanding-by-design-comprensic3b3n-a.ppt&ei=EIf4U_ijHqresAS8xIGgCQ&usg=AFQjCNFpY2Z1ghDyIvUYd7ieKeXSR2UUqQ&bvm=bv.73612305,d.cWc

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UbD Backward Design

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La Satisfacción del Deber Cumplido

La satisfacción del deber cumplido, como decía el gran prócer puertorriqueño Eugenio María de Hostos. Sí, esa satisfacción que vives cuando se concluyen etapas exitosas en tu vida, en tu trabajo, en tu hogar, en tu comunidad o en la iglesia. Cuando observas que hiciste el bien. Que con tu servicio marcaste a alguien. No importa las circunstancias y cómo estas han cambiado, tienes que estar complacido y feliz. Lo que ayer hiciste, hoy lo disfrutas. De eso se trata, de no sentirme triste y agobiado. Hoy es un día nuevo. Dios te lo ha regalado para que puedas meditar en tus logros y en lo que no lograste. Si la suma total es positiva, esa satisfacción no puede ser opacada. Se feliz con tus decisiones. Tú eres tú. Solo tú te pones obstáculos. Disfruta, sonríe, ama el ahora. Es consecuencia del ayer. Te lo dedico a ti que eres un o una gladiadora.

 

Citar fuentes. APA.

Habilidades del pensamiento

Siendo Gladiadores: Miguel A. Varela Pérez; 12 de agosto de 2014

 

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Al hablar de ellos, algunos se remontan o se transportan en la historias y en la imaginación a los anfiteatros romanos. Era el principal pasatiempo o diversión del imperio romano. Adquieren su nombre en relación a la espada corta usada para aniquilar o combatir la pelea, a esta pequeña arma se le denominaba “gladius”, existían por categorías, se les preparaba con mucho rigor y disciplina. Eran condicionados para ganar, para atacar, para superar a su contrincante, sin importar lo que eso representaba. Entraban al anfiteatro a dar lo mejor se sí. La batalla podía ser contra sí, o contra un animal salvaje, el final tenía que ser el mismo, ganar, ganar y ganar, jamás claudicar, jamás huirse, jamás darse por vencido. Había que descargar el coraje, la astucia, la fortaleza. Había que usar adecuadamente su entrenamiento, poner en ejecución sus destrezas. Para eso había sido entrenado. Representan el poder y la valentía. Su destino era ejercer con ímpetu y coraje su estilo y manifestar un comportamiento dirigido a lograr la meta. Era el y solo el, era lo que se le exigía, no había alternativas.

Hoy son muchos los que entran no al anfiteatro romano, entran al anfiteatro de la cruda realidad de la vida, al anfiteatro de las situaciones y ambientes desolados. Entran al anfiteatro en el que se dará la lucha y pelea contra las desventajas, la aflicción, la desesperación, la falta de fe, en fin el hundimiento. Otros entran al anfiteatro a batallar contra las injusticias, el discrimen, el egoísmo, la insensibilidad, el desorden y el caos. Unos batallan para lograr cambios positivos y poder transformar los escenarios de vida. Otros entran al anfiteatro para convencer a los que no tienen esperanzas que alguien está dispuesto a luchar por ellos y sus causas, que alguien está decidido a llegar hasta el final y lograr la victoria que significa liberar al oprimido, levantar al caído, alimentar al hambriento, educar al niño, proteger al necesitado. Cada uno en su anfiteatro está llamado a ser el mejor, cada uno está llamado a usar el “gladius” de la justicia y la razón, el, “gladius” de la entrega y la pasión, el “gladius” de la sensibilidad y el respeto, el “gladius” de la sensatez y la vocación.

En ocasiones el luchador puede pensar que va a perder la batalla, puede pensar que no podrá concluir la misma, le llegarán a la mente pensamientos que le dictan y ordenan irse de retirada y abandonar el combate, sin embargo esas actitudes no son la de un gladiador. Todos, independientemente las circunstancias, esta llamado a ser un gladiador, a no rendirse, a lograr los objetivos, no importa los obstáculos. Tú y yo, como gladiadores, estamos llamados a no ser cobardes, a dar la batalla. Al fin de cuenta en el anfiteatro de la vida seguiremos siendo gladiadores. 

A GANARLE LA BATALLA AL ENEMIGO Miguel A. Varela Pérez 10 de agosto de 2014

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No sabemos el para qué de su visita, desde hace aproximadamente un año llegó, fue ignorado, posiblemente no se le prestó la atención que esa visita requería. Se mantuvo allí, con su faena constante haciendo el trabajo para el que llegó. No fue hasta después de ese año que dio señales concretas de cuál era el propósito de su visita. Se descubrió su intención, fue fuerte saber que había estado allí y había sido ignorado, haberlo ignorado le resultó con mucho coraje y se dedicó a pasar la factura. Nunca fue la intención ignorar su visita, era visto en todo momento como un huésped inofensivo, sin deseo de hacer daño, posiblemente se aprovecho de la confianza para ganar terreno y engañar, ahora hay que contrarrestarlo, no se le puede permitir que siga ganando terreno, lamentablemente no se le puede seguir dando hospedaje. De inmediato hay que iniciar los procesos para que, aunque sigue allí, abandone su estadía y zona de “confort”, zona que no le pertenece y que como intruso ha llegado. La lucha a penas inicia, el tiempo está ahí, hay que iniciar la ofensiva, las batallas se ganan en medio del terreno. Este enemigo será confrontado, será atacado, será combatido y sobre todo, será sacado de su hospedaje, uno al que invadió, pero se aprovechó de la ignorancia, tal vez el exceso de confianza, o una combinación de ambas. Es hora de comenzar la tarea, el enemigo será destruido, aniquilado, no se sabe cuán vigoroso sea, cuánto resista o por cuánto tiempo. Lo importante es atacar, ganar la batalla, si esas batallas se convierten en guerra seguir con un aumento de fuerzas, mecanismos y ejército hasta lograr la victoria.

No será fácil, por supuesto, vendrán momentos de bajas, pero de eso se trata la batalla, la lucha, llegar al final del camino. Como dice la canción, después de la tormenta viene la paz, la calma, el tiempo de fatiga desaparecerá. Por más oscuridad que se observe en el túnel, en algún lugar la luz saldrá. La salida aparecerá. En esa salida el invitado intruso ya no estará, habrá desaparecido, habrá abandonado lo que no le pertenecía, lo que nunca le pertenecerá. Solo queda batallar contra el enemigo, la seguridad es clara, la certeza es convincente, la fe transforma y logra el propósito, DIOS ESTARA PRESENTE EN LA BATALLA. Que sea su voluntad, al fin de cuenta somos meros carnales, nada compara con lo que el pasó.

La atención en el aula: de la curiosidad al conocimiento

Escuela con cerebro

La curiosidad, lo que es diferente y sobresale en el entorno, enciende la emoción. Y con ella, con la emoción, se abren las ventanas de la atención, foco necesario para la creación de conocimiento.

Francisco Mora

Atención y motivación. Fig1

“¡Prestar atención, por favor!” Así se dirigía  a sus alumnos en un tono enfurecido una profesora desesperada. Lo cierto es que, tras la sorpresa inicial que duró unos segundos, sus alumnos centraron su atención en lo que estaba sucediendo fuera del aula: un grupo de cotorras excitadas alternaban sus posiciones en la copa de un pino. Y parecían divertirse. La profesora en cuestión no acabó de entender ni supo aprovechar que lo que sucedía en el entorno natural exterior era mucho más interesante y emocionante que una pizarra repleta de anodinas explicaciones sobre sucesos históricos acaecidos hace muchos siglos. Y eso es lo que está demostrando la neurociencia, que la forma más directa de…

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