
Todo está preparado para su coronación como el Emperador del Imperio, como algunos dicen, más grande del mundo. Inician las movidas para que sea por todo lo alto como el exige y requiere, total él ha echado a todos en las gavetas y se ha encargado de que le rindan tributo. Hace dos años era un desconocido en el negocio donde mejor se mueve el dinero, la política. Ser exitoso en los negocios y saber acumular billetes era su fuerte, el lo sabía. Desde que se le metió a la cabeza querer bailar en la gala del emperador nadie lo tomaba en serio. De hecho, el mismo lo hacía para dar de que hablar. Agarró el micrófono, no se asesoró, soltó la lengua, dicen que no había conexión de mente y lengua. Lo empezaron a señalar, a criticar, a cuestionarle el conocimiento en temas que no estaban relacionados al hacer dinero. Hay quien pensó en ingresarlo en un hospital de salud mental, no porque estaba loco, sino porque estaba poniendo loco a los que siempre habían bailado solos en los diferentes bailes de galas y a los que dominaban los círculos de poder. Algunos pensaban que su presencia era temporera, que no aguantaría, que se cansaría y se autoexiliara. Siguió hablando, cada discurso le sumaba adeptos y, a su vez enemigos. Parecía que al estar tan dividido se marcharía. Pero cuando creían que había desaparecido, que no volvería a hablar, luego de varias terapias, lo daban de alta de la institución psiquiátrica en la que lo habían ingresado, en contra de su voluntad, el siempre decía que estaba bien, los que estaban mal eran los otros. Ahora él se daba cuenta, con mayor razón, que resultaba una amenaza, ya estaba despertando de la idea ilusoria, de la broma que le habían colocado, del discurso que escribió, sin pensar que eventualmente lo tendría que perfeccionar.

Ya era una realidad, ahora estaba decidido a bailar formalmente con once (11) allegados al baile en el que uno se quedaría con el control. Los otros once entraron en pánico, había que destruirlo lo antes posible, seguía siendo , ahora más que nunca, una amenaza para los intereses creados. Comenzó la pelea en un teatro de batallas con cincuenta y uno (51) esquinas, con los apostadores preparados para llenarse los bolsillos, sorpresa, nadie quería apostar a favor de aquel allegado e intruso al baile. Poco a poco las esquinas del teatro seguían completándose y los invitados menos esperados salían del escenario, pero la sombra del allegado intruso continuaba allí. Poco a poco, sin importar lo que dijeran, cómo actuaran, a quién se llevara de frente, ante los insultos, memes, sátira, escritos, filtraciones, el tipo seguía allí. Había que confabular para salvar el camino, hacer alianzas, negarle el respaldo, hay que lograr que, con las confabulaciones, con las informaciones personales sacadas de contexto, salga del escenario, de seguro no aguantaría mucho. Siguen las sorpresas, los más poderosos y atractivos de los allegados seguían cayendo y desapareciendo, aquel allegado, mentalmente no sano para los poderosos, seguía allí, había llegado al final, tenía todo controlado, lo había logrado, seria proclamado, en contra de la voluntad de los inversionistas y dueños del club, de los mafiosos de la política, como el representante de su club ante la gala principal.

Sin remedio, era cuestión de rehacerlo, lavar su imagen, pero él no se dejaba manipular, allí mandaba él, las órdenes las daba el, lo que se planificaba tenía que pasar por sus manos. Seguían las amenazas, titulares en su contra, no recogía dinero, así que gastaba su fortuna, los medios noticiosos de mayor alcance y poder de convencimiento le tiraban a matar, se seguían filtrando videos, audios y fotos comprometedoras sobre su pasado, sus negocios y su familia, había que destruirlo. Pero ese tipo era duro, ninguna estrategia lo debilitaba, cada día que pasaba se tornaba más poderoso y peligroso para los círculos de poder. El que dominaba el imperio, hasta el momento, tenía que salir del Palacio para poner en marcha una ofensiva gigante y usar todos los recursos ante su consideración para aplastarlo y proyectar a la otra protagonista de la gala final como lo mejor para que sea la emperadora. Mientras tanto, las estatuas levantadas para mofarse de aquel protagonista ahora eran una pieza emblemática, en las que la gente se peleana para tomarse fotos, eran de mucho valor. Seguía peleando con todos, incluyendo los que se supone fueran sus aliados, le sacaban el cuerpo para no mancharse, pero este finalista a la gala los ignoraba, no se dejaba sacar de sus planes y proyecciones. Ahí seguía, dando de qué hablar, el que en múltiples ocasiones fue ingresado en psiquiatría, ahora estaba hospitalizando a muchos, sin oportunidad a ser reinsertados a la sociedad.

Llegó al final, era la noche verdadera, todo apuntaba a que se quedaría vestido, pero los pronósticos, los análisis, las encuestas, los discursos, los libretos, los movimientos de poder se venían a bajo, el seguía, como en las noches anteriores, dejando a la gente sin poder dormir. Durante la noche del 8 de noviembre de 2016 se hizo la realidad, sus soldados establecieron que era lo mejor y que su ejército para dirigir a 321, 601, 000 millones de carnales, de los cuales 17 % eran latinos y el 12,.6 % afroamericanos, algunos de los cuales fueron hipnotizados por su magia y decidieron unirse a su fiesta. Ahora ya no es un invitado a la gala, ya tiene el control del palacio y es el Emperador de uno de los Imperios de más poder en el mundo, ahora no hay marcha atrás, todos aquellos que le dieron la espalda, lo criticaron, lo vacilaron , lo ofendieron, lo humillaron , lo satirizaron, lo ridiculizaron, todos están sacando cita para rendirle honores.

Mientras se acepta la realidad, mientras el planeta digiere la noticia, mientras la prensa rehace sus libretos y modifica su discurso, el nuevo Emperador se prepara para dentro de unas cuantas semanas ser coronado, en el intermedio tendrá mucho de qué hablar. todavía hay negación y se preguntan cómo ocurrió. Sencillo, porque ellos son así.