Hacia la meta eterna. Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net Hacia la meta eterna

Las verdaderas victorias son aquellas que nos acercan al bien, a la verdad, a la belleza auténtica.
Hacia la meta eterna
Hacia la meta eterna

Alcanzar una meta muy deseada, ¿es siempre una victoria? Llegar a poseer algo anhelado desde lo más hondo del alma, ¿nos beneficia, nos perfecciona, nos lleva a la verdadera felicidad, nos permite construir un mundo más justo y más bueno?

Hay momentos en la vida que se presentan como un triunfo, que nos hacen saltar de alegría, que nos permiten celebrar una pequeña fiesta en el alma. Pero si la fiesta se convierte en ocasión de pecado o de injusticia, si la alegría nos aparta de las metas verdaderas y nos encadena a seguridades efímeras, el aparente triunfo se convierte en el inicio de una derrota amarga.

Las verdaderas victorias son aquellas que nos acercan al bien, a la verdad, a la belleza auténtica. No podemos vivir ilusionados por fuegos de artificio que deslumbran pero no llevan a nada sólido ni verdadero. Sólo lo que nos introduce en el mundo de lo eterno, sólo lo que nos acerca a Dios y nos une a los demás seres humanos puede ser visto como victoria auténtica y buena.

Si recordamos esta verdad, podremos relativizar victorias (y derrotas) en el mundo de lo contingente, para concentrar las propias fuerzas en aquellas acciones y virtudes que hacen al mundo un poco más bueno y nos abren las puertas del Reino.

Entonces seremos capaces de usar lo mejor de nuestra mente y de nuestro corazón para vivir según el mensaje del Evangelio, para crecer en el amor auténtico, para caminar cada día con la mirada puesta en la fiesta que nos tiene preparada, desde toda la eternidad, el Padre bueno que habita en los cielos.

Estrategias de Base Cientifica

Estrategias Educativas con Base Cientifica

Carta Circular de Reclutamiento de Directores

Autor: Miguel Segura | Fuente: Catholic.net Y tu espejo ¿qué refleja?

Quizás valga la pena entregar el espejo que tienes y cambiarlo por uno …diferente.
Y tu espejo   ¿qué refleja?
Y tu espejo ¿qué refleja?

Un día llegó un grupo de escaladores procedentes de alguna ciudad. Ciertamente fue un evento de lo más insólito. No estuvieron allí más de tres horas.

Mientras los montañeros reposaban un poco, una de las muchachas sacó de la mochila un espejito de mano. En unos instantes se vio rodeada de un ejército de niñas pequeñas que la miraban en silencio abriendo y cerrando los ojos con la solemnidad que da el asombro. Nunca habían visto un espejo.

– ¿Qué es eso que tienes en la mano? -le preguntó la más pequeña señalando el espejo con su dedo regordete.

– ¿Esto?… ¡Un espejo! -dijo la muchacha- ¿Nunca has visto uno?

El grupo de niñas negó al unísono moviendo la cabeza y sin separar la vista de aquel objeto maravilloso. Verlas era un espectáculo encantador e incluso la escaladora, acostumbrada a grupos de admiradores, quedó prendida de su sencillez.

– ¡Qué cosas! -dijo- Tú nunca has visto uno y yo no podría vivir sin él… toma, te lo regalo.

Y entregó el espejito a la más pequeña. La niña clavó los ojos en su mano, asombrada, después sonrió y mirando intensamente a la chica le dio un sonoro beso en la mejilla.

Pero después de unos momentos la niña volvió y entregó el espejo.

-¿Qué pasó? -dijo la escaladora- ¿No lo quieres?

-No, es que… ¡en éste sólo aparece mi cara! -respondió la niña- Verse a sí misma todo el tiempo es bien aburrido… ¿no tienes otro donde aparezcan mi papá, mi mamá y mis amigos?

¿Y tú? ¿Qué tipo de espejo te haría feliz?

Quizás valga la pena entregar el espejo que tienes y cambiarlo por uno como el de la pequeña…

Carta Circular de Reclutamiento de Directores

Carta Circular Reclutamiento Directores

Autor: P. Eusebio Gómez Navarro | Fuente: Catholic.net Jesús y su Padre…¡nuestro Padre!

Jesús y su Padre...¡nuestro Padre!
Jesús y su Padre…¡nuestro Padre!

Se cuenta que el hijo de un rey de Francia, en edad joven, fue reprendido por su educador con palabras severas. El pequeño era consciente de su dignidad y protestó: “No te atreverías a hablarme así si te dieras cuenta que soy el hijo de tu rey”. Pero el educador no se inmutó: “Y tú no tendrías el valor de protestar si te dieras cuenta de que yo soy hijo de tu Dios y de que lo llamo cada día “Padre Nuestro”.

Jesús nos reveló cómo es el corazón de Dios, él es nuestro Padre. Jesús recorría toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán (Mt 4,23-25).

Jesús es hijo de un tiempo y de un pueblo y así hereda toda la rica tradición de la fe de Israel quien considera a Dios, sobre todo, como el Señor, el Todopoderoso. Jesús nos presenta una imagen de Dios mucho más cercano, es, sobre todo, Padre y así lo invoca.

Dios es un padre bueno y amoroso para con todos los seres humanos, especialmente para con los ingratos y malos, los desorientados, los abatidos y deprimidos. Él hace salir el sol para todos, el que sabe amar y perdonar, el que corre detrás de la oveja descarriada, espera ansioso la vuelta del hijo que se fue de casa y encuentra gran alegría al encontrar lo que se había perdido. Dios se alegra más con la conversión de un pecador que con noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse.
El Dios de Jesús es el Dios que ama y perdona. Que es paciente y quiere la salvación de todos; es el que le interesa la vida de cada uno; el que no oprime, sino que libera; que no condena, sino que salva; que no castiga, sino que perdona; el que ama la vida. Es el Dios de vivos, de la esperanza y del futuro.

¿Cómo es el corazón de Dios? Jesús lo describe en la parábola del Hijo Pródigo. Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte que me toca de la fortuna… “porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado”. Y comenzaron la fiesta… (Lc 15,11-32).

El protagonista de esta parábola no es el hijo, es el corazón del Padre, con un amor incondicional, incluso, parece demasiado bueno, que respeta la decisión alocada del hijo, que huye en busca de placeres sin saber qué rumbo tomar. Calla y les deja hacer. “Y el Padre les repartió la hacienda” (Lc 15,12). Podemos olvidarnos de Dios, pero él jamás se olvida de nosotros. Dios nunca nos abandona, por mucho que corramos. Él va siguiendo nuestros pasos. Un hijo puede olvidarse de su madre, pero la madre no se olvidará nunca de su hijo; pues aunque ésta se olvidará, Dios no se olvidará (Is 49,15-16). El padre sufría y amaba en silencio.

El padre no abandonó a su hijo, aunque se quedó en casa, su corazón seguía palpitando con él, pues el amor no se puede encerrar en unas paredes y no sabe de distancias. El padre ve al hijo desde lejos y siempre está dispuesto al encuentro. El padre esperaba con amor la vuelta del hijo.

“Dios lo perdona todo, porque lo comprende todo”, dice un viejo adagio, por eso también lo olvida todo. Oseas y los profetas posteriores a él nos hablan de Dios como de un esposo lleno de paciencia y de ternura, siempre dispuesto a acoger y a perdonar la infidelidad y a amar gratuitamente (Os 14,5). En la historia de la salvación se nos ha manifestado el amor, la paciencia, la fidelidad de un Dios que nos ama sin medida. Dios es padre y madre y nos ama con ternura, es como un padre tierno para los fieles (Sal 103,13). Dios perdona y le gusta perdonar. “¿Qué Dios hay como tú, que perdone el pecado y absuelva el resto de tu heredad?” (Mi 7,18-20).

En el Antiguo Testamento aparece, algunas veces, la palabra «Padre» referida a Dios. Y cuando los judíos la usaron, fue siempre en un clima de sumo respeto y majestad, añadiéndole títulos divinos ostentosos. Abbá era la palabra familiar que los niños judíos empleaban para dirigirse a sus padres.

Jesús siente en su vida la presencia amorosa de Dios y su alimento es hacer su voluntad; a Dios le llama Padre, y, según parece, lo hacía usando la palabra aramea «abbá»; 170 veces ponen los evangelios esta expresión en labios de Jesús. A todos invita a creer en este Dios, para el que «todo es posible» (Mc 10,27). El Nuevo Testamento conserva la palabra aramea (abbá) para subrayar el hecho insólito del atrevimiento de Jesús (Rm 8,15; Ga 4,6-7). La invocación «Abbá» tiene, pues, un valor primordial, que ilumina toda la vida de Jesús. Todo en él es consecuencia de esta actitud de fe. Jesús deposita en su Padre toda la confianza posible. Digna es de destacar la escena en la que Jesús «con la alegría del Espíritu Santo», bendice al Padre porque se ha “revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien” (Lc 10,21). Gracias da al Padre en la resurrección de Lázaro, por haberle escuchado (Jn 11,42). Llenos de confianza están los ruegos de la oración sacerdotal, la noche de su prisión. Pide al Padre protección para los que les ha confiado, para que sean todos uno y que el amor del Padre esté con ellos (Jn 17,1-5).

La oración del huerto es narrada por todos los evangelistas (Mt 26,39.42; Lc 22,42; Jn 12,27-29). Marcos se siente obligado a mantener en su escrito la misma palabra aramea usada por Jesús: «¡Abbá! ¡Padre!: todo es posible para ti, aparta de mí este trago, pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú» (14,36). Jesús se atreve a pedirle verse libre del trance de la pasión (Mt 16,21; Mc 8,31; Lc 9,22; 17,25). Afirma su sumisión a la voluntad del Padre, pero dando muestras de que él desearía verse libre del dolor. Momentos antes de su muerte también se dirige al Padre pidiendo el perdón de sus verdugos. Y encomienda su espíritu en manos de su Abbá (Lc 23,46), pero no deja deja de preguntarle las causas de su aparente abandono (Mc 15,34).

Jesús no sólo hablaba del Padre, sino que vivía enteramente como hijo: con confianza plena, obediencia total, agradecimiento y piedad. “Te doy gracias, Padre”, rezaba lleno de emoción y alegría. En la casa de mi Padre, Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Lo que Tú quieras. Si es posible, Padre… Jesús hablaba siempre con emoción del Padre (Jn 20,17):

• De las manos del Padre, fuertes y acogedoras, que crean y sacan del abismo ( Jn 10,29; Lc 23,46)
• De la mirada del Padre, que ve en lo secreto ( Mt 6,4.6)
• De Las palabras del Padre, que son explicaciones de la Palabra ( Jn 8,35; 12,49-50; 14,24…)
• Del trabajo y las obras del Padre, que siempre son de amor ( Jn 5,17. 19-20)
• De la voluntad del Padre, que es su alimento ( Jn 4,34; Mt 6,9; 26,42…)
• Del amor del Padre, que es inmenso y misericordioso (Lc 15,11-32)
• De la gloria del Padre, que es el Espíritu (Jn 17,5).

Dios es amor, Padre y está siempre presente, camina con nosotros y está muy dentro de nosotros. Él da sentido a nuestra existencia.

Esto lo explica muy bien la siguiente anécdota.
Preguntaba una profesora a sus alumnos que cómo sabían que Dios existe, si nunca lo habían visto.

Un niño muy tímido, levantó la mano y dijo:
– Mi madre me dijo que Dios es como el azúcar en mi leche que ella
prepara todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza en medio de la leche, pero si ella me lo saca, queda sin sabor. Dios existe, y está siempre en el medio de nosotros, solo que no lo vemos. Pero si él no está, nuestra vida queda sin sabor.

Filosofias Educativas

DESCRIPCION DE LAS DIFERENTES FILOSOFIAS EDUCATIVAS MAS CONOCIDASFILOSOFIAS EDUCATIVAS

Filosofia Educativa de Hostos

Filosofía Educativa de HostosBreve descripcion de la filosofia educativa planteada por Eugenio Maria de Hostos

Siete estrategias para maximizar la memoria: Fuente:Enplenitud.com, Editado por Miguel A. Varela Perez, 17 de abril de 2007

¿Teme que le falle la memoria? Pruebe estas simples, pero efectivas, estrategias

Aunque no lo sepamos, todos nosotros hemos aplicado técnicas inconscientes de memorización en varios momentos de nuestra vida, como por ejemplo para recordar el abecedario o las tablas de multiplicar para la escuela primaria, las fórmulas químicas para una prueba del secundario, o lección de historia para una clase en la universidad.

Sin embargo, si conocemos más profundamente como llevar a cabo estas técnicas, podríamos obtener grandes beneficios para toda nuestra vida, especialmente porqué estaríamos compensando la natural pérdida de memoria que acontece a nuestras edades. Por eso, le presentamos algunas estrategias para maximizar su memoria… ¡No se olvide se seguirlas paso a paso!:

Estrategia 1: La atención, el primer fundamento

En más de una oportunidad, reaccionamos negativamente a los olvidos echándole la culpa a nuestra memoria, y dejándolos pasar para tratar de cambiar el foco de nuestra atención. Pero lo cierto es que el problema podría no tener relación con su habilidad de memorización, sino simplemente, con no haber prestado la suficiente atención.

Por eso, el primer paso para mantener activos nuestros recuerdos, es formarse el hábito de prestar atención activamente, lo cual podrá evitar en el futuro muchas frustraciones.

Este ejercicio se puede realizar en cuatro fases: prestar atención, frenarse, mirar, escuchar. No toma más que un segundo pararse en donde se está y decirse a uno mismo: “voy a guardar las llaves del auto en mi bolsillo”, y mirar atentamente la acción.
Estrategia 2: El ensayo y la repetición, una práctica que no se debe discontinuar

Para guardar información en la memoria durante un largo plazo, es necesario que estos datos sean ensayada apropiadamente.

Para esto, lo mejor es que practique o se repita a usted mismo cierta idea o concepto que quiera expresar, sobre todo en los momentos de tensión, como por ejemplo una discusión, donde es más probable que las emociones le hagan perder de vista esta idea.

Estrategia 3: la parte, más importante que el todo

La mayoría de la gente tiene la habilidad de recordar cosas cortas, como por ejemplo un número de teléfono, o una parte de los artículos de una determinada lista.

Por eso, podría utilizar la estrategia de dividir una cierta lista en pequeñas partes. Por ejemplo, el permiso de conducir número a 4593729575 podría ser recordado fácilmente como 459 – 3729 – 575.

Estrategia 4: Aprovechando las asociaciones

La estrategia “4”, podría subdividirse en dos. La primera, tiene que ver con el hecho de que la elaboración visual puede asociar una fotografía mental, la cual puede ayudar mucho a aumentar nuestra memoria.

Para esto, debería visualizar aquellas actividades que tenga pendientes, como por ejemplo guardar un documento en el portafolio para el día de mañana, asociando el documento a un objeto que sepa que va a ver, como por ejemplo el control remoto de la TV.

La segunda de estas dos estrategias, hace referencia a la elaboración verbal, que consta de un ejercicio sencillo y efectivo de memorización, que puede ayudar a mantener la información tanto conceptual como abstracta.

Esto incluye utilizar siglas, asociaciones de palabras, y rimas, como por ejemplo recordar el número 3 5 9 con la frase pez (3) chico (5 ) cuando llueve (9), o asociar el nombre de una calle con el de un actor o futbolista.

Estrategia 5: Una organización organizada

Si logra establecer un lugar fijo para ubicar todas sus medicinas, los números de teléfono importantes, los papeles valiosos, las herramientas, las llaves, la cartera, y los lentes, seguramente tendrá menos trabajo, y menos frustración, al buscarlas.
Para esto, también sería bueno que asocie los lugares en los que ubicará estos objetos con su uso: el maletín debería estar debajo del escritorio de trabajo, las medicinas que serán tomadas junto con la comida, en la cocina, y las llaves de la casa en un porta-llavero cerca de la puerta.

Estrategia 6: el uso del LPRET

LPRET es un nombre formado por cinco letras que designan, cada una, un paso para ejercitar la memoria mediante la correcta organización y concepción de material escrito. Esta técnica se puede usar para entender como funciona un DVD o para comprender el resumen financiero mensual de nuestra cuenta bancaria.

«L» Se refiere a leer el texto de forma general para identificar los puntos principales.

«P» Sugiere que se haga las preguntas que identifican los puntos esenciales que querría aprender.

«R» Indica que debería releer el material para poder contestar las preguntas previamente formuladas.

«E» Requiere que estudie y entienda las respuestas a las preguntas formuladas con respecto a las ideas centrales.

«T» Tiene relación con testear las respuestas para estar seguro de entenderlas.

Estrategia 7: La ayuda de elementos externos, otra potencialidad interna

Muchas veces, no prestamos atención a la ayuda que nos podrían proveer los elementos eternos que efectivamente utilizamos para recordar cosas, y los desaprovechamos con un uso inadecuado.

Por eso, es muy recomendable que mantenga estos memos externos en lugares tan visibles como sea posible, como por ejemplo en la heladera, al lado del reloj, o en la puerta. Tampoco sería mala idea que asocie las actividades con este lugar. Por ejemplo, mientras que la lista del supermercado debería estar en la heladera, la de la compra de repuestos para el auto, en algún lugar visible del garaje.

También podría utilizar recordatorios simbólicos como algún tipo de anillo en especial. Aproveche su imaginación e invente algún nuevo aliado externo para su memoria.

Si va a usar la agenda como elemento central de estos recordatorios, anote allí también las actividades mínimas, como comprar un lustrador, y no se olvide de revisarla todos los días, aunque crea que no tiene ninguna cita importante programada.

La Escuela Ideal: Autor Miguel A. Varela Pérez: 28 de septiembre de 2006

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La sociedad está pasando por una serie de transformaciones que requieren de un examen cuidadoso. Una de las características que ilustran estos cambios es la rapidez con que ocurren los mismos. Las sociedades enfrentan situaciones difíciles, viven y se mueven en un mundo cada día más competitivo (Cruz, 2006). Ante el nuevo escenario social vigente, los sistemas educativos están llamados a atender y a reformarse para ayudar al entendimiento y a la solución de los problemas sociales, producto, en muchas ocasiones, de los cambios sociales. Hoy los sistemas educativos tienen que jugar un rol protagónico en el esclarecimiento de esta problemática. Tienen que orientar al pueblo y ayudarle a definir problemas y cambios como la geopolítica, la globalización y la aplicación de la tecnología en nuestro diario vivir. La escuela se convierte, por excelencia, en el escenario adecuado o el medio para atender de inmediato la situación. Es la subcultura del encuentro y el redescubrimiento. Es la instancia, dada sus múltiples funciones, para buscar el entendimiento. Para ello es necesario aspirar a desarrollar el concepto de escuela ideal. La escuela tiene que estar en actitud continua de aprendizaje para facilitar la apertura y la innovación (Quintero, 2005).

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El concepto de escuela ideal lo podemos definir de acuerdo al conjunto de características que se presentan a continuación;

–         es una organización exitosa que aspira a la excelencia

–         posee organización

–         logra y rebasa sus metas en términos de desarrollo integral

–         se cuestiona ante la realidad económica, social y política

–         responde con un currículo a las exigencias educativas y culturales de la sociedad

–         toma en consideración los cambios y tendencias que se vislumbran

–         tiene una facultad comprometida

–         ve al estudiante desde distintas perspectivas

–         está dirigida por un líder motivador que logra establecer expectativas altas para todo             su personal

–         existe en ella un clima positivo que estimula el desarrollo óptimo

–         posee una cultura amplia

–         se ofrece cabida a la participación de la comunidad y los padres

–         tiene una misión, visión y metas definidas, o sea, una filosofía educativa

–          es una organización de aprendizaje activo

–          es una comunidad enmarcada en pensamiento y pedagogía crítica y creativa

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La Dra. Carmen Zoraida Claudio (2005) establece que la escuela exitosa, para efectos de este trabajo, la escuela ideal, debe ser dirigida por los siguientes valores centrales y ejemplarizantes:

–         Excelencia– compromiso de sus integrantes

–         Innovación y mejoramiento continuo– no se conforman, es hacer cada día mejor lo que se hizo ayer. Es internalizar que la innovación y el mejoramiento son maneras nuevas de operar. Hay que buscar un balance entre la resistencia al cambio y la adaptación de nuevas ideas.

–         Trabajo en equipo colaborativo– es lo que se define como comunidades de aprendizaje. Hay que desarrollar y compartir la misión y la visión. Cuenta con individuos que colaboran continuamente para aportar hacia el logro de su propósito común.

–         Respeto– se refiere al valor ejemplarizante que se debe cosechar cada día. Es reconocer la importancia de cada individuo a la vez que se acepta y canaliza sus diferencias. Se acepta la disonancia positiva y el respeto a la divergencia.

–         Integridad– se refiere a jugar limpio y promulgar con el ejemplo.

–         Alegría– es celebrar el éxito, el orgullo de pertenecer a la organización, al equipo de trabajo y celebrar las pequeñas victorias.

Se puede concluir, basado en lo presentado anteriormente, que la escuela ideal será aquella que acepta el reto de transformarse en comunidad de aprendizaje. Deberá convertirse en una comunidad de aprendizaje. Señala el Dr. José Miguel Rodríguez (2005) que las comunidades de aprendizaje están transformándose en comunidades de liderazgo, hay que integrar ambos enfoques estratégicos para poder trabajar a nivel de nuestros escenarios educativos con los problemas sociales y la responsabilidad que sobre las escuelas recae. Ahí estriba el éxito de la escuela ideal. Es hora de comenzar, es imperativo un cambio de enfoque. Hay que acabar con el desfase entre educación y sociedad. Tiene que darse una correlación e interdependencia. Es la imposición de una relación simbiótica. Todos somos parte de este proceso transformador, todos tenemos que asumir roles dirigidos  hacia esa transformación. Construyamos juntos la escuela ideal.

Referencias:

Claudio, C. (2005). Cualidades del director líder de la escuela exitosa

puertorriqueña.  El Sol, 49  (3), 27-30.

Cruz, R. (2006, febrero 9). Nuestra Agenda Educativa: misión de todos. El

Nuevo Día,   pp. 93.

Quintero, A. (2006, febrero 4). Construyendo juntos la escuela que

soñamos. El Nuevo Día, pp. 94.

Rodríguez Matos, J.M. (2005). De comunidades de aprendizaje a

comunidades de liderazgo: una ruptura necesaria para la escuela

puertorriqueña. El Sol, 49  (3), 4-8.

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